1:43

La Caricia Perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,

Se me va de los dedos...En el viento, al pasar,

la caricia que vaga sin destino, ni objeto,

la caricia perdida.¿ Quién la recogerá?


Pude amar esta noche con piedad infinita,

pude amar al primero que acertara a llegar.

Nadie llega. Están solos los floridos senderos.

La caricia perdida, rodará...rodará


Si en los ojos te besan esta noche, viajero,

si estremece las ramas un dulce suspirar,

si te oprime los dedos una mano pequeña

que te toma y te deja, que te logra y se va.


Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,

si es el aire quien teje la ilusión de besar,

oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,

en el viento fundida, ¿ me reconocerás?

Alfosina Storni

17:12

Luz Y Sombra

El ave azul del sueño
sobre mi frente pasa;
tengo en mi corazón la primavera
y en mi cerebro el alba.
Amo las luz, el pico de la tórtola,
la rosa y la campánula,
el labio de la virgen
y el cuello de la garza...
¡Oh Dios mío, Dios mío!...
Sé que me ama...
Cae sobre mi espíritu
la noche negra y trágica;
busco el seno profundo de sus sombras
para ver mis lágrimas.
Sé que en el cráneo puede haber tormentas,
abismo en el alma
y arrugas misteriosas
sobre las frentes pálidas.
¡Oh Dios mío, Dios mío!...
Sé que me engaña.

Rubén Darío

14:23

Volverán Las Oscuras Golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapidas a escalar,
y otra vez en la tarde, aun más hermosas,
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...,
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...desengáñate,
¡así no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer